Nace Laurendor de la mano de Elena Chavalera, una joven visionaria del maquillaje experta en formulación y con un enorme carisma y personalidad; y Salvador Gil, empresario del mundo de la perfumería, en un pequeño laboratorio en la calle Castillejos de Barcelona (España).

Junto con otras reconocidas marcas de referencia mundial, construyen una de las primeras empresas de cosmética de España y Europa.

Empiezan a desarrollar cosméticos destinados a cuidar la imagen y la piel y diseñan productos muy innovadores en aquellos tiempos, como el spray corporal con color, que substituía y complementaba a las medias que llevaban las mujeres en las piernas en ese momento.